Hace dos semanas ingresé al colegio... no ha sido tan terrible, aunque confieso que a veces me altera y me dan ganas de salir corriendo por la puerta. Como decidí seguir siendo "buena persona" he tratado de aguantar lo más posible esas ganas de patearle la cara a medio mundo, y lo he conseguido. El disgusto que a veces siento no es para nada comparado con el inmenso odio de meses atrás, por ende, me siento mejor.
El problema siguen siendo mis "amigas"... aún no me convencen y más bien me sigue molestando sus estúpidas actitudes : la niña plageadora empedernida + la babosa indiscutida + la loca de remate por excelencia + la que cree que su vida es la peor + la exagerada-mentirosa y a todo eso se le agrega la nueva que es como si la conocieran de toda la vida. Es a p e s t a n t e . Pero ahí estoy yo, en medio de eso, sin hacer ningún comentario... ha decir verdad, me he comportado bastante bien, a veces finjo y otras veces no. Me estoy acostumbrando y creo que eso es positivo.
En general, lo he disfrutado... dejar de lado las estupideces y concentrarse en lo que de verdad es importante me ha ayudado a estar tranquila, más coherente y sobre todo a organizar mejor mi tiempo.
Siento que voy bien, las cosas que me propuse hasta hoy están funcionando y supongo que eso me da más energía para seguir intentándolo, no negaré el hecho de que en algunas ocasiones me cuesta - y bastante - y de cierta forma pierdo el rumbo, pero lo he vuelto encontrar.
Es reconfortante saber que puedo.