viernes, 10 de septiembre de 2010

Las mujeres somos vehementes, y por eso inconstantes.
El hombre es mil veces mejor organizado; ellos esperan... Cuando un ser femenino desea una cosa vive, agoniza, muere por conseguirla! Y en su cabeza no hay otro pensamiento. Cuando lo consiguen vienen casi inmediatamente el hastío y el desencanto! Nosotras somos locas insaciables de ideales, y uno tras otro, sin descanso ni tregua hasta que la vejez pone término al fuego de la imaginación y de la fantasía...